Entrevistas ACH vol.II

Entrevista a Javier Antón / Arquitecto Fundador del estudio Andcompany

Entrevista a Javier Antón fundador de Andcompany.

En nuestra siguiente entrega de entrevistas del blog Paneles ACH contamos con una entrevista a Javier Antón, arquitecto Fundador del estudio de arquitectura Andcompany y Profesor de Procesos de Diseño en el Master Universitario de Formación del Profesorado, en el Centro Universitario Villanueva.

Javier Antón (Guadalajara, 1979) es arquitecto por la Universidad Alfonso X El Sabio. Complementó su formación con estudios de postgrado en el departamento de Ideación Gráfica de la Universidad Politécnica de Madrid. Actualmente es profesor de Procesos de Diseño en el Master Universitario de Formación del Profesorado del Centro Universitario Villanueva y ha sido invitado en algunas Universidades y Colegios de Arquitectos por su conocimiento sobre arquitectura modular:

Dirige Andcompany, estudio de arquitectura ubicado en Madrid. Los proyectos que realizan son muy variados. Y es que considera la especialización como algo que se puede pretender o no, pero que a priori diverge con la formación abierta y generalista del arquitecto. Prefiere hablar de « expertización » fruto de un conocimiento profundo de algunas tipologías de proyectos, trabajadas en repetidas ocasiones. Vamos a conocerle un poco mejor hoy…

Bienvenido a nuestro Blog y gracias por compartir tus opiniones con nosotros, Javier.

– Gracias a vosotros por la invitación.

¿Crees que tu pasión por la arquitectura es vocacional? ¿Alguien te inspiró a la hora de decidir estudiar arquitectura?

– Desde muy pequeño me divertía con los juegos de construcciones, como tantos niños… Pero recuerdo pasarlo mal para elegir ciencias o letras, de hecho elegí una opción mixta que ningún compañero eligió y acabé teniendo una clase “particular” de literatura. A toro pasado entiendes que no hay carrera que aúne rigor técnico, carga conceptual, responsabilidad social y persecución de lo estético como la carrera de Arquitectura. Sigo sintiéndome de letras y de ciencias. Algo había en esa indefinición temprana…

También te dedicas a formar a profesores en el máster de posgrado de Procesos de Diseño, ¿la rama de la enseñanza fue vocacional o mera casualidad?

– Vocacional no, pero siempre se me ha ido el tiempo al sentarme a formar a estudiantes con fines de carrera y al trabajar con arquitectos recién acabados. Detrás de todo eso está la docencia y ahora tengo la oportunidad de hacerlo de un modo más estructurado.

Sabemos que es difícil pero, ¿cuál de tus dos trabajos, arquitecto y docente, es el que te crea mayor satisfacción personal?

– La arquitectura me apasiona y la obra construida es muy satisfactoria. Es un proceso largo con momentos dulces y amargos, pero cuando consigues aciertos la satisfacción del cliente se convierte en la tuya. La docencia es distinta, más personal. Ver un alumno involucrado y motivado en ese pequeño proyecto docente de un curso académico es también ilusionante, pero hablando de satisfacción mi trabajo de arquitecto repercute en muchos usuarios que habitan los edificios; eso son palabras mayores.

Entrevista a Javier AntonCentro ecuestre, Toledo / Andcompany

Y centrándonos en tu perfil de arquitecto, cuéntanos un poco en qué consiste la arquitectura modular y qué función cumple en el espacio.

– Mi visión de la arquitectura modular es clara. Puede parecer obvio pero la arquitectura modular es, ante todo, arquitectura. Por tanto persigue los mismos objetivos a todos los niveles que una arquitectura construida de un modo convencional. El apellido modular marca la diferencia esencial que no es otra que el proceso constructivo. En un proceso de construcción convencional los materiales llegan a la obra separados o con un grado más o menos avanzado de agrupación, como ocurre en prefabricados o industrializados, para unirse después en obra. En arquitectura modular llegan al solar volúmenes completos, con todos los oficios previamente trabajados, en porciones más o menos grandes de edificio, a falta de ensamblarse en obra.

 

Entrevista a Javier AntonCentro ecuestre, Toledo / Andcompany

La diferencia no es pequeña y conlleva múltiples consecuencias en modo de restricciones, pero también de oportunidades. Tiene unas reglas del juego distintas, que hay que conocer y llevar al límite, exactamente igual que en el resto de proyectos. Creo que es un modo de hacer que ha llegado para quedarse y que se consolida día a día como una opción viable para acometer el 90% de los edificios.

Has hablado de Restricciones y Oportunidades. ¿Podrías concretar un poco más?

Toda obra tiene limitaciones, bien sean técnicas, presupuestarias, normativas, etc. La arquitectura modular tiene algunas a añadir en relación con la movilidad. La ley de carreteras impone unas dimensiones máximas; puedes llevar volúmenes gigantescos, pero los permisos tienen licencias específicas y costes asociados. Si nos mantenemos en el estándar de transporte obtenemos unas medidas límite que se reflejaran en el módulo estructural del edificio. A esto se añade el uso de los materiales, ya que no todos son aptos para las exigencias físicas asociadas al transporte. Los que son válidos deben trabajarse en el detalle constructivo con mucha precisión.

Pero por otro lado tenemos las oportunidades; las más conocidas son el plazo de ejecución, que se reduce enormemente, y la alta calidad constructiva que se deriva de la precisión del taller, con personal cualificado y especializado, lo que acerca el proceso constructivo al proceso industrial. Pero el abanico de oportunidades es mucho más amplio. La capacidad de poder reubicar un edificio sin perder su integridad es algo que, por no estar acostumbrados, no sabemos valorar en absoluto.

Las soluciones para refugiados y las emergencias por catástrofes son un objetivo claro, pero hay ejemplos muy diversos y cercanos: imagina que tu casa fuese ampliable y reubicable. Muchas familias viven de alquiler por diversos motivos como la incertidumbre de la movilidad geográfica del ámbito laboral o la falta de capacidad financiera. Piensan en tener la flexibilidad que aporta el alquiler antes de comprar su casa “definitiva”; pero si su casa lo permitiese se podrían plantear llevarla a nuevas ubicaciones, lo que implicaría alquilar suelo en lugar de inmuebles. Y si además esta casa fuese fácilmente ampliable, podría crecer en paralelo a las necesidades, sería una vivienda evolutiva…

Entrevista a Javier AntonCapilla, Alcalá de Henares / Andcompany

Fuera del ámbito residencial las casuísticas son más conocidas: a cualquier empresa privada le gusta adaptar el gasto de inversión al crecimiento del negocio y la arquitectura modular lo permite de manera evidente por su facilidad para crecer sin dramas, casi de la noche a la mañana. Pero hay quien necesita desplegar una infraestructura completa desde el primer día y te puedo asegurar que el riesgo de inversión se reduce cuando un edificio no está completamente atado al suelo. La versatilidad de un activo, apto para venderse o alquilarse en distintas ubicaciones, aporta una flexibilidad revolucionaria, que multiplica las opciones y divide los riesgos.

Y un último ejemplo en el sector público, en concreto en educación, un viejo interesado en este tipo de producto reubicable, de rápida instalación y con capacidad de crecimiento y decrecimiento. Su problema es la baja calidad de algunos productos de carácter temporal, 1 ó 2 años, que acaban quedándose 10 ó 15 años. Son los famosos barracones escolares que tanta polémica suscitan por sus bajas prestaciones. Si esos módulos fuesen de calidad las administraciones públicas solucionarían muchos problemas de plazas escolares asociadas a variaciones demográficas impredecibles en el medio y largo plazo, dejando de sufrir  la paradoja de tener aulas vacías en algunos lugares y necesidades de escolarización no cubiertas en otros. No es imposible, nosotros hemos conseguido ese producto con el Colegio Santa Mónica, en Rivas Vaciamadrid, que cumple todas las normativas de su ubicación actual y del 98% del territorio nacional en previsión de una futura reubicación. Ojala vengas muchos ejemplos detrás.

En fin, suena pretencioso o ingenuo, pero con alcanzar un 20% de lo planteado viviríamos una verdadera revolución…

Vivimos en una rapidísima evolución en todos los aspectos y, por tanto, también en tu sector ¿cómo afecta esto a la arquitectura modular? ¿Cuáles son las nuevas tecnologías que utilizarás o te gustaría utilizar en un futuro cercano?

– Bueno, la evolución en construcción es un poco más lenta que en otros sectores, pero está claro que existen nuevas tecnologías que poco a poco van penetrando el mercado. En el estudio dedicamos mucho tiempo a la atención de comerciales de empresas de materiales de construcción para estar al día de las últimas innovaciones. El uso de nuevas tecnologías requiere sobre todo una híper-definición en fase de proyecto. Hace tiempo que desarrollamos los proyectos con BIM (Building Information Manager) y nuestros clientes lo perciben poco a poco como un generador de certezas que reduce las sorpresas en obra y que acota el margen de error presupuestario. La arquitectura modular siempre ha exigido la híper-definición en fase de proyecto, así que empezamos a trabajar de un modo similar todos los proyectos.

Entrevista a Javier AntonCentro ecuestre, Toledo / Andcompany

Hablando más de sueños, que dicen que son gratis, en el futuro me gustaría incorporar al trabajo del estudio el propio diseño de los materiales, colaborar con ingenieros de materiales y partir de un nivel casi atómico para diseñar soluciones estables que se puedan aplicar al mercado de la construcción. Siempre partimos de unas prestaciones y cualidades muy diversas que nos debe aportar un material en cada caso específico y después acudimos al mercado para satisfacerlas. Plantear ese viaje de un modo inverso permitiría innovar más rápido.

En tu biografía podemos leer que los proyectos que realizáis en tu estudio de arquitectura son muy variados, ¿nos podrías poner un ejemplo de los dos proyectos que más distan entre ellos, en cuanto a diseño?

Es cierto que son variados. Un hotel, un centro ecuestre, el gimnasio de un club deportivo, una residencia de estudiantes, un colegio, una clínica dental, un concesionario de vehículos, una embajada, una capilla. En fin, suena a chiste. Según qué clientes esto puede ser un problema, pero tratamos de explicar que estas oportunidades surgen de un acercamiento a cada proyecto muy abierto y desaprendido, que nos lleva a proponer soluciones creativas que se sustentan en un trabajo de estudio previo muy completo y transversal.

Entrevista Javier Anton arquitecto andcompany
Obras en Colegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid / Andcompany

Precisamente el Colegio Santa Mónica, de solución modular, y una Capilla que realizamos en Alcalá de Henares tengan un contrapunto curioso. Los trabajamos simultáneamente y las circunstancias del proyecto y las necesidades de cada cliente se tradujeron en datos llamativos. El Colegio, de 865m², lo construimos en 3 meses mientras que la Capilla, de 54m², necesitó 4 meses largos. Obviamente en el último caso se podía haber reducido el plazo, pero el proyecto del cliente pedía soluciones constructivas tradicionales, por no decir artesanales, donde el trabajo de coordinación en obra con los distintos oficios demandaba poca prisa. Además del propio espacio tuvimos la oportunidad de diseñar el mobiliario y los espacios de almacenamiento. Se trabajó muy de cerca con el carpintero, el cantero, el solador, ¡incuso con orfebres, que son pocos pero todavía existen!

Y ya que soñar es gratis… ¿cuál es el proyecto arquitectónico que te gustaría que llevase el nombre de tu estudio?

– No es tanto un proyecto concreto por tipología o tamaño. Son las prestaciones que alcanza, las satisfacciones que genera y las situaciones que promueve. Los edificios son para personas, y hay detrás de cada proyecto mucha responsabilidad. Es en los espacios que proyectamos los arquitectos donde todos pasamos gran parte de nuestra vida. Estoy convencido de que hay arquitecturas que facilitan, en mayor o menor medida, la felicidad de las personas. Aunque es difícil cuantificar el peso del entorno en las sensaciones y el comportamiento de los usuarios, el proyecto que más satisfechos nos deja es el que mejora la vida de las personas.

Entrevista a Javier Anton
Colegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid – Andcompany

 

¿Coincide el autor del mismo con el arquitecto al que más admiras? Si no es así, cuéntanos quién es.

– Admiro a muchos arquitectos y de todos aprendo. De carácter más histórico De la Sota y Sáenz de Oiza son grandes referentes. De corte más contemporáneo admiro las obras de Vicens y Ramos y también las de Tuñón y el desaparecido Mansilla; conceptualmente y constructivamente son unos genios. Pero volviendo al tipo de proyecto que comentaba quizás la arquitectura más sensata la esté haciendo Ruiz Barbarín, López Cotelo o el estudio Cano y Escario. De un modo injustamente reduccionista diría que son de esos arquitectos que, con mucha holgura, solucionan más problemas de los que crean.

Entrevista a Javier AntonColegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid / Andcompany

Internet también está ‘pegando’ fuerte en el sector, ¿sigues algún blog, canal de Youtube o perfil que te inspire para innovar en tus proyectos?

– Siempre parecen pocos porque la información es enorme y hay que centrar el tiro. De proyectos de arquitectura y construcción sigo Detail, DPA, Tectónica o Plataforma Arquitectura. En cuanto a opinión o estado de la profesión sigo a Stepien y Barno y a José Javier Quintana, de Rethinking Architecture. En cuanto a fabricantes de materiales la vía de enlace son las redes sociales. Instagram y Twitter sobre todo, pero también Pinterest.

Entrevista a Javier Anton
Colegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid / Andcompany

Centrándonos en el sector profesional, dado que no son clientes directos ¿cómo ves la relación entre arquitectos y fabricantes?

– Fundamental. Nos cuesta mucho prescribir materiales sin tener un conocimiento completo de cómo funcionan, y llegado este punto buscamos el feedback sincero del fabricante para que nos asegurare que, cuanto esperamos de su producto, es viable. La competencia de la profesión y la exigencia del mercado hacen que debamos conocer de un modo amplísimo las capacidades y comportamientos de los materiales que empleamos.

Entrevista a Javier AntonColegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid / Andcompany

Sabes que somos una empresa fabricante de paneles sándwich, y nos interesa saber si en tus obras utilizas materiales de uso industrial, sin importar el tipo de obra, y por qué te decides en utilizar este tipo de materiales frente a otros.

– Hemos trabajado mucho los proyectos que tienden a un proceso semi o completamente industrializado. La velocidad de ejecución encuentra en vuestros materiales un aliado imprescindible. Hemos usado chapas grecadas para forjados, miniondas perforadas en fachadas y paneles sándwich en cubiertas y fachadas. Son productos que resuelven con rapidez y ligereza muchos elementos constructivos tradicionalmente más pesados y lentos. Si la ligereza o el plazo de ejecución son una variable importante de un proyecto vuestra competitividad se dispara.

Una vez que has decidido los materiales que vas a emplear ¿qué te hace decidirte por una marca frente las demás?

Pues creo que una vez acotados los requisitos técnicos nos influye mucho la cercanía del comercial y del equipo técnico del fabricante. Marca una diferencia abismal. Esa atención temprana, al inicio de proyecto, es un plus que seguramente os cueste trabajo ofrecer, porque es una fase embrionaria, lejos de los pedidos en firme. Pero sin duda debe ser vuestra mejor inversión.

Entrevista a Javier AntonColegio Santa Mónica, Rivas Vaciamadrid / Andcompany

Para finalizar, nos gustaría saber dónde te ves en un futuro profesionalmente hablando, ¿más orientado a la docencia o a tu estudio arquitectónico?

– ¡Haremos lo posible para que sean caminos convergentes!

Muchas gracias por compartir un poco de ti con nosotros Javier, ha sido un placer.

Encantado. Muchas gracias a vosotros por la invitación.