Arquitectura en Chiapas: materiales constructivos y uso de lana de roca

Arquitectura en Chiapas: materiales constructivos y uso de lana de roca
La cultura mexicana tiene raíces profundas y, con frecuencia, las diferentes tradiciones emergen en proyectos arquitectónicos, como adaptaciones modernas de diseños, técnicas o materiales constructivos que se emplean desde la antigüedad. Un ejemplo típico es el uso de roca volcánica como aislante térmico en construcciones precolombinas, como los temazcales, y el uso actual de la lana de roca, fabricada con el mismo mineral, como alma de paneles antiincendios o, como aislante termoacústico.
Sin embargo, resulta inexacto hablar de un “estilo arquitectónico mexicano” basado en técnicas constructivas, materiales o estética unitarias. Como resultado de múltiples aportes culturales a lo largo del tiempo, conviven en un mismo ámbito geográfico diferentes expresiones de la arquitectura mexicana.
La construcción tradicional mexicana es producto de la necesidad. Los variados entornos del país, con su variedad de climas, materiales disponibles, costumbres, etc., determinan en gran medida las características arquitectónicas. Un ejemplo lo constituye la arquitectura de viviendas tradicionales en el Estado de Chiapas.
Técnicas constructivas de la vivienda Tzotzil
El Estado de Chiapas se ubica al sur de México, en la frontera con Guatemala. Chiapas es un estado con legado cultural y étnico maya, y cuenta con una orografía complicada que combina llanuras costeras, montañas y densos bosques tropicales. Estas circunstancias determinan las técnicas constructivas del pueblo Tsotsil, o Tzotzil, segunda etnia en importancia de Chiapas.
Los indígenas Tzotzil habitan las pequeñas aldeas que rodean la ciudad de San Cristóbal de las Casas. La característica de las casas tradicionales Tzotzil radica en la inconfundible estructura piramidal del tejado a cuatro aguas, con un conducto de ventilación para la salida de humo del hogar.
Materiales constructivos tradicionales en Chiapas
La variedad de materiales constructivos que utilizan los chiapanecos, depende de la ubicación. En las cabeceras municipales, las mejores comunicaciones permiten edificar con tejas y ladrillos mientras que, en zonas más inaccesibles, las casas se rematan con techos de palma o zacate.
En la región habitada por los tzotziles, el clima marca su ritmo de vida: 6 meses de temporada de lluvia, veranos cálidos y secos, y heladas en invierno. Según el rigor del clima, los paramentos de las casas de la montaña son de adobe, y en las zonas cálidas de bajareque.
El bahareque o bajareque, es una técnica constructiva tradicional que consiste en elaborar paredes entretejiendo ramas delgadas y flexibles con listones verticales. Después, la pared se enluce con barro, que tapa los huecos entre las cañas.
El bajareque destaca por sus cualidades sismorresistentes y por aportar un agradable micro clima interior de la casa. Con diferentes técnicas y nombres, el bajareque se emplea en toda Mesoamérica, e incluso está regulado por ley en Colombia y en el Perú.
Chukal Na: la casa familiar Tzotzil
La vivienda, llamada Chukal Na en lengua Tzotzil, forma parte de un conjunto vallado que contiene corrales para gallinas o cerdos, un granero y una zona de cultivos y un temazcal, o sauna tradicional de los pueblos mesoamericanos.
Los miembros masculinos de la familia edifican sus propias casas con la ayuda de sus parientes y vecinos. El huerto sirve para el sustento de la familia, y cultivan, desde maíz y frijol, hasta viñedos, manzanos o perales. En los corrales suelen albergar puercos, ovejas o cabras.
La casa tradicional de los pueblos tzotziles tiene forma de pirámide con base cuadrangular. La estructura se sustenta en postes esquineros, en roble o ciprés, acanalados en la parte superior para albergar las vigas horizontales del techo. Las uniones, entre pilares y vigas se realizan con sarmientos de vid.
La estructura se completa con un alabeo adicional de postes verticales, más delgados. La estructura queda envuelta por un dosel formado por tablas horizontales de madera o bambú. La terminación se realiza con un relleno de barro.
El interior de la casa, de suelo de tierra, consta de una sola habitación cuadrangular. No existen tabiques divisorios y el mobiliario es mínimo. El fogón de tres piedras, en el centro de la estancia, marca la vida doméstica y religiosa de la familia por su simbolismo solar, relacionado con las creencias mayas.
El temazcal, sauna precolombina con aislamiento térmico
Las casas chiapanecas destacan por el anexo del temazcal, una sauna tradicional maya. El uso del temazcal se relaciona con diversos rituales religiosos y curativos, y por los beneficios para la salud de sudar en una sauna, que ya conocían los mayas.
El temazcal es una estructura permanente en forma de cúpula que se construye con rocas volcánicas y concreto. Para producir calor, se calientan rocas volcánicas en un pozo ubicado en el interior, o anexo a la pared. Los constructores del pasado descubrieron las propiedades aislantes de las rocas basálticas, gracias a su estructura y la cantidad de aire que retienen en su interior. La sauna precolombina del pueblo tzotzil es un ejemplo típico de cuánto se puede aprender todavía de la edificación antigua.
Los materiales constructivos modernos, como lana de roca, o elementos constructivos que la incorporan, como los paneles sándwich de lana de roca, provienen de los mismos minerales basálticos del temazcal. La diferencia radica en que hoy las rocas se funden y se procesan en fibras para su incorporación en diferentes productos. Pero el uso de la lana de roca, como aislante térmico, y barrera ignífuga, sigue siendo el mismo que en su estado mineral le daban nuestros antepasados.